La mimesis (artes imitativas) en Platón y Aristóteles
El concepto de mimesis está estrechamente ligado a los planteamientos de cada pensador
acerca de la naturaleza del ser. De ahí derivan sus principales diferencias. ¿En qué consiste la naturaleza
del ser?
¿Cuál es
el principio de donde proceden todas las cosas cuando empiezan a existir y a dónde se
dirigen cuando se disuelven?
En ambos filósofos, se puede constatar una gran diferencia respecto a la explicación que dan al problema ontológico.
La ontología platónica nos presenta la “idea” como el elemento constitutivo de la realidad, de la cual los objetos físicos no son más que reflejos imperfectos. Dice Platón:
En ambos filósofos, se puede constatar una gran diferencia respecto a la explicación que dan al problema ontológico.
La ontología platónica nos presenta la “idea” como el elemento constitutivo de la realidad, de la cual los objetos físicos no son más que reflejos imperfectos. Dice Platón:
- ¿Y
qué decir entonces del fabricante de camas? ¿No acabas de decir, tal como
habíamos convenido, que éste no crea la idea de la cama existente en sí misma,
sino que produce una cama determinada?... – En consecuencia, si el artesano no
produce lo que existe por sí mismo, no puede crear nada real, sino tan sólo
algo que se le parece, sin llegar a ser real…[2]
La respuesta de Platón se
sitúa en el plano metafísico, ya que considera las ideas – que él llama
realidades suprasensibles - no como unidades mentales, sino como realidades que
existen y se fundamentan en el mundo incorpóreo, impalpable e invisible. Aún
así, pueden ser captadas a través de la inteligencia.
Por el contrario, para Aristóteles lo verdadero es el “ente singular”; es decir, que concibe el ser como un
compuesto de materia y forma, a lo que llamó “sustancia”. Aplicado al hombre,
estos elementos serían respectivamente, el cuerpo y el alma. Expresa:
Decimos
que un cierto tipo de entre los seres es la sustancia. Y ésta, en un primer
sentido, la materia, lo que por sí no es una cosa determinada; en un segundo
sentido, es la forma, según la cual la materia es llamada un ser determinado; y
un tercer sentido, es lo que está compuesto de materia y forma…Pero lo que
principalmente parecen sustancias, son los cuerpos, y entre ellos los cuerpos
naturales, pues estos últimos son principios de los otros. Entre los cuerpos
naturales, unos tienen vida y los otros no…. [3]
Con esta teoría (conocida como Hilemórfica), intenta superar el idealismo
platónico, ya que se esfuerza por descubrir el ser real de las cosas en las
cosas mismas.
¿Cuál es la dirección o el objetivo primario de cada filósofo? ¿A que se encaminan con la totalidad
de sus obras?
Platón actuaba y pensaba con la finalidad de contribuir con la recuperación social de la ciudad, gracias a la reforma moral de sus ciudadanos. Entonces, parte de una finalidad antropológica-social; ya que en su concepción política, el individuo por sí solo no puede realizar el bien y necesita una organización social que sea capaz de asegurar la paz y la justicia, posible sólo por la armonía entre sus miembros; esta organización es el Estado. Ahora bien, entre las partes que componen un Estado, la tarea de reforma moral recae en la educación: cuyo conjunto y combinación de saberes debía modelar de la subjetividad, y disponer al hombre para la vida pública e institucional. Luego veremos que este principio de acción política explicará el rechazo de Platón a las artes miméticas, por considerarlas peligrosas para la enseñanza moral.
Platón actuaba y pensaba con la finalidad de contribuir con la recuperación social de la ciudad, gracias a la reforma moral de sus ciudadanos. Entonces, parte de una finalidad antropológica-social; ya que en su concepción política, el individuo por sí solo no puede realizar el bien y necesita una organización social que sea capaz de asegurar la paz y la justicia, posible sólo por la armonía entre sus miembros; esta organización es el Estado. Ahora bien, entre las partes que componen un Estado, la tarea de reforma moral recae en la educación: cuyo conjunto y combinación de saberes debía modelar de la subjetividad, y disponer al hombre para la vida pública e institucional. Luego veremos que este principio de acción política explicará el rechazo de Platón a las artes miméticas, por considerarlas peligrosas para la enseñanza moral.
Para Platón la ética consiste en la búsqueda del Bien y es una
obligación moral el procurarla, lo cual queda patente en el mito de la caverna.
En consecuencia, la actividad filosófica, para él, no es contemplativa sino que aspira a
transformarse en principios de acción política. Con este pensamiento, Platón
pretende reivindicar la función social del filósofo y su utilidad para el
Estado, en contraposición con la actividad poética y la poesía misma que, según
él, es “cosa de juegos”, inútil para la instrucción.
La visión de Aristóteles coincide, en términos generales con la platónica, en lo que respecta a la supeditación del individuo al Estado, la Ley del todo se impone a la Ley de las partes. Pero, la teoría ética aristotélica toma como punto de partida la siguiente afirmación: El fin último del hombre y en general de todas las cosas, es la felicidad, la cual no se busca sino que sobreviene al cumplir cada uno su función propia. Todo ser tiene tendencia y agrado por realizar aquella actividad que le es propia y natural. Lo cito textualmente:
La visión de Aristóteles coincide, en términos generales con la platónica, en lo que respecta a la supeditación del individuo al Estado, la Ley del todo se impone a la Ley de las partes. Pero, la teoría ética aristotélica toma como punto de partida la siguiente afirmación: El fin último del hombre y en general de todas las cosas, es la felicidad, la cual no se busca sino que sobreviene al cumplir cada uno su función propia. Todo ser tiene tendencia y agrado por realizar aquella actividad que le es propia y natural. Lo cito textualmente:
Réstanos ahora hablar en general de la felicidad, ya que la hemos
hecho fin de los actos humanos. Hemos dicho que la felicidad no es una
disposición….Debemos pues poner la felicidad en una actividad….Es evidente que
la felicidad debe colocarse entre las actividades deseables por sí mismas y no
por otra cosa, ya que no carece de nada sino que se basta a sí misma. Son
deseables por sí mismas las actividades que no piden nada fuera de su mismo
ejercicio. Tales parecen ser las acciones virtuosas, ya que obrar honesta y
virtuosamente es de las cosas deseables por sí mismas.[7]
Conforme a este pensamiento, Aristóteles
reconoce el valor que tiene las artes miméticas para la moral ciudadana,
especialmente la tragedia, cuya meta principal es conseguir la catarsis[8],
expurgación, alejándose del interés platónico por las implicaciones pedagógicas
de ésta. Ya que dicha
catarsis no consiste en un mero placer estético, sino que su contemplación
cumple una función constructiva-instructiva en el espectador.
Para Platón sólo los científicos y filósofos pueden
llegar al conocimiento de la realidad, de las ideas, e incluso al conocimiento
supremo: el Bien. Esto se debe a que éstos contemplan y participan de las ideas
o formas trascendentales. En cambio los artistas y poetas, además de no
relacionarse con ellas, no pueden contemplarlas ya que son dominados
pasivamente por deidades inferiores respecto a las ideas pero superiores en
relación al sujeto. Dice este pensador en el diálogo ION o de la poesía:
“Un poeta está ligado a una musa, otro poeta a otra musa, y nosotros decimos a esto estar poseído, dominado, puesto que el poeta no es sui juris, sino que pertenece a las musas”
Con lo cual, dice Sergio Albano, pretende poner de manifiesto que la poesía va a carecer de mérito, ya que expresa verdades sin tener conciencia de lo que está diciendo, por ser presas de un furor divino. Es más categórico aún en La República:
“¿Afirmamos entonces, que todos los poetas, empezando por Homero, son imitadores de fantasmas de la virtud o de aquellas otras cosas sobre las que versan sus composiciones, y que en cuanto a la verdad, no logran alcanzarla,…el creador de apariencias, el imitador, decimos, no entiende nada del ser, sino de lo aparente…”
“Un poeta está ligado a una musa, otro poeta a otra musa, y nosotros decimos a esto estar poseído, dominado, puesto que el poeta no es sui juris, sino que pertenece a las musas”
Con lo cual, dice Sergio Albano, pretende poner de manifiesto que la poesía va a carecer de mérito, ya que expresa verdades sin tener conciencia de lo que está diciendo, por ser presas de un furor divino. Es más categórico aún en La República:
“¿Afirmamos entonces, que todos los poetas, empezando por Homero, son imitadores de fantasmas de la virtud o de aquellas otras cosas sobre las que versan sus composiciones, y que en cuanto a la verdad, no logran alcanzarla,…el creador de apariencias, el imitador, decimos, no entiende nada del ser, sino de lo aparente…”
Por lo antes dicho, se desprende que para Platón, las artes por sí
mismas no valen, y deben estar supeditadas a la filosofía que es la vía por la
cual se puede obtener la verdad, contribuyendo al bien y a la moral. De esta
subordinación dependerá el acatamiento de las artes, en especial de la poesía,
a las leyes y al Estado.
Muy contraria a esta, es la posición Aristóteles, quien retoma la
idea de la poesía[9] y
del poeta como ente consciente. Concuerdo con los críticos en que de esta
manera, se aleja aún más del pensamiento platónico al concentrarse, en La
Poética, en los aspectos formales de la literatura. Su interés por la causa
final le lleva a considerar al arte como técnica, sin nada que ver con
los raptos divinos irracionales. Y la técnica implica conocimiento.
Dado
que nuestro asunto en este tratado es el arte poética, no sólo hemos de
referirnos a la poética en sí misma sino también a sus variadas especies y a
sus correspondientes características; también a la trama exigida para componer
un bello poema; luego al número y naturaleza de sus elementos constitutivos
como así también a los otros aspectos relacionados con la misma investigación.[10]
Por consiguiente, para él, el arte - la
producción artística- es ante todo una obra en la que interviene el pensamiento,
es producto de la razón. Ya que el poeta, al producir una obra, debe partir de
la verdad, en términos de probabilidad y necesidad. Citándolo textualmente: “Y la verdad de la obra se
hace visible a partir de la obra misma…La grandeza artística del poeta reside
en abrir la verdad…en dirección al re-conocimiento. Hay re-conocimiento del
lado del espectador por cuanto hubo conocimiento del lado del poeta.”
La mimesis
En La República, Platón expone que toda imitación
(mimesis) se distancia de la verdadera realidad. Y lo dice así:
¿Podrás
decirme lo que es en términos generales la imitación?... ¿Y no solíamos decir
que los artesanos de cada uno de estos objetos de los cuales nos servimos, uno
produce las camas y el otro las mesas…de acuerdo con la idea que tienen de
ellas? Por lo tanto, no existe ningún artesano que fabrique la idea misma, a
partir de su arte…si el artesano no produce lo que existe por sí mismo, no
puede crear nada real, sino tan sólo algo que se le parece, sin llegar a ser
real. [11]
De su lectura se desprende que más alejada aún de esta realidad se
encuentran las artes imitativas, las producciones artísticas; pues, según el
filósofo, son imitaciones de segundo nivel de aquellas imitaciones de la
naturaleza que son al mismo tiempo representaciones del mundo ideal. Llama al
poeta y a la poesía misma:
…imitador de aquello en lo que los otros son
artífices… ¿Llamas imitador al autor de la tercera especie, empezando a contar
por la natural?...Eso mismo será el autor de tragedias, si admitimos que se
trata de un arte imitativo….el arte imitativo está muy lejos de lo verdadero y,
como es natural, puede hacerlo todo porque toma muy poco de cada cosa, solo una
mera apariencia.[12]
No obstante, en La República, también divide el arte mimético en dos
vertientes. Dice: “¿No hay dos clases de
narraciones, una verídicas y otras falsas?”. En las verídicas, ubica los relatos
históricos, porque en este tipo de narración la imitación debe ser una copia perfecta,
ajustada a los atributos del modelo que le correspondan y seguir un modelo de
narración simple en tercera persona. En contraste con esta, en las narraciones
falsas, ubica lo que él llama “el
arte fantasmagórico o de apariencia, que se adhiere a las apariencias engañosas
que no se corresponden con la realidad existente”. Este último tipo de
narración, representa mayor peligro para Platón ya que puede ser manipulada intencionalmente
por los medios “engañosos” empleados por los poetas y están dirigidas hacia la
parte irracional del alma. Dice el pensador:
Asimismo
diremos, creo yo, que el poeta no sabe sino imitar, pero valiéndose de nombres
y locuciones, aplica unos ciertos colores tomados de cada una de las artes, de
modo tal que otros semejantes a él, que juzgan fundándose en las palabras creen
que se expresa muy acertadamente cuando habla, en metro, ritmo o armonía…¡Es
tan grande el hechizo que por naturaleza ejercen estos asuntos!...establecen
relación con aquella parte de nosotros que se aparta de la razón, y todo ello
sin ningún fin sano ni verdadero.[13]
También descubro en su obra, el pensamiento platónico respecto a la
belleza de la creación artística. Platón critica el error de enjuiciar la obra de
arte, según el placer que causa y no por la verdad contenida en ella.
Y
daremos también a sus defensores, a los protectores de la poesía y a todos
aquellos que se muestran proclives a ella…el derecho de hablar en su favor… y
sostener que no es sólo agradable, sino útil para los regímenes políticos y
para la vida humana. Y los escucharemos con la mejor disposición, porque nos
beneficiaríamos, en efecto, si se mostrase no sólo como agradable, sino también
como algo provechoso.[14]
Aristóteles retoma el
concepto de mimesis en sentido de imitación (representación) de la realidad,
pero difiere en diversos grados de la mimesis platónica. En primer lugar restringe
la mimesis a las producciones artísticas. Dice en La Poética:
“La Epopeya y la poesía Trágica y de igual modo la Comedia, el Ditirambo y en gran medida el arte de tocar la lira y la flauta en muchas de sus formas, son en su concepción más general, modos de imitación.”
“La Epopeya y la poesía Trágica y de igual modo la Comedia, el Ditirambo y en gran medida el arte de tocar la lira y la flauta en muchas de sus formas, son en su concepción más general, modos de imitación.”
En segundo lugar, de la lectura de La Poética se desprende que, para
él, el artista ya no imita imitaciones, sino directamente la realidad. Su
quehacer deja de ser imitación de segundo grado para convertirse en imitación
de primer grado, en auténtica representación comprensiva de la realidad. Entonces
cabe preguntarse ¿Qué realidad imita el poeta? Según Aristóteles: “Los objetos de la imitación son las
acciones de los hombres y estos hombres pueden ser de carácter moral elevado o
bajo.” Interpreto, pues, que es la vida humana la que constituye la
realidad, la praxis, que el arte quiere imitar con sus medios.
Pero también, en esta obra, establece una jerarquización de las
artes, en la que designa el primer puesto a la tragedia, por el fin moral que
esta persigue:
La
tragedia se presenta bajo la forma de una acción y no de una narrativa, y
suscita en el espectador la pena, la compasión o el dolor, promoviendo así la
purificación (Katkársis) que corresponde a estos estados emotivos…Si entonces
la tragedia es superior…lo es en los modos de alcanzar sus fines ya que no es
cualquier tipo de placer el que deben suscitar estas imitaciones sino el tipo
de placer que ya he descrito…[15]
Además en su obra, establece la diferencia entre historia
y poesía, confiriéndole e esta última un fin más elevado. Afirma: “La verdadera diferencia reside en que el
historiador relata los hechos que han ocurrido mientras que el otro relata los
hechos que podrían suceder. Por esta razón, la poesía es más filosófica y más
elevada que la historia: la poesía tiende a expresar lo universal, mientras que
la historia tiende a expresar lo particular.”
Respecto a la imitación de la acción,
se deduce que consiste en la creación del “mito” (argumento), el cual no es
reproducción servil de la realidad: “puesto
que la tragedia no es imitación del carácter humano sino de una acción o de la
vida misma y la vida consiste en una acción…” Ello implica que
la obra literaria está depurada de lo individualizante y lo accidental.
Aristóteles resalta su significación y validez
universal.
Según Sergio Albano, la verdad de la
poesía no es abierta, esta requiere un desciframiento, y es en ese
desciframiento que reside la significación filosófica del arte. Apunta que mientras
la verdad de la obra histórica se constata, le verdad de la obra poética se
asiente y en ese asentir la verdad reside pues la credibilidad, es decir, la
verosimilitud de la que habla Aristóteles.
En concreto, el término verosimilitud introducido por Aristóteles, en
La Poética, es el principal requisito artístico que debe cumplir el poeta; pues
recalca que su función es muy diferente de la del historiador: “…la función propia del poeta no es relatar
sucesos que en verdad hayan ocurrido sino aquellos que podrían haber sucedido
conforma a la ley de la probabilidad o de la necesidad…es precisamente a este
universal hacia donde tiende la poesía…el poeta debe buscar siempre lo que
resulte verosímil y necesario…”
En pocas palabras, la mimesis artística, para Platón, no es más que una representación mediocre ya que se encuentra alejada dos veces de la verdad; también es inútil, porque no contribuye a alcanzar ningún bien y además es peligrosa para el Estado. Por todo lo cual termina desechándola de su República ideal.
Al contrario, el significado de mimesis en el pensamiento aristotélico se entiende mayormente como una creación razonada mediante la reconstrucción de un mito o trama, la cual debe ser completa y conseguir su efecto gracias al arte del poeta. Es decir, que el objeto de toda mimesis artística en Aristóteles, es la reconstrucción de la realidad del ser en el mundo, especialmente en su significado dinámico y creativo, por lo que exige de toda obra la captación de lo universal y no de lo particular. Referente a su función, su finalidad primaria es conseguir la Catarsis, liberación, que tiene implicaciones educativas- morales para el hombre. Y en esto se diferencia de la visión platónica de la imitación como una copia vulgar e inútil de las formas perfectas.
En pocas palabras, la mimesis artística, para Platón, no es más que una representación mediocre ya que se encuentra alejada dos veces de la verdad; también es inútil, porque no contribuye a alcanzar ningún bien y además es peligrosa para el Estado. Por todo lo cual termina desechándola de su República ideal.
Al contrario, el significado de mimesis en el pensamiento aristotélico se entiende mayormente como una creación razonada mediante la reconstrucción de un mito o trama, la cual debe ser completa y conseguir su efecto gracias al arte del poeta. Es decir, que el objeto de toda mimesis artística en Aristóteles, es la reconstrucción de la realidad del ser en el mundo, especialmente en su significado dinámico y creativo, por lo que exige de toda obra la captación de lo universal y no de lo particular. Referente a su función, su finalidad primaria es conseguir la Catarsis, liberación, que tiene implicaciones educativas- morales para el hombre. Y en esto se diferencia de la visión platónica de la imitación como una copia vulgar e inútil de las formas perfectas.
Bibliografía consultada.
Aristóteles
(2004) La Poética. Traducción de Sergio Albano. Buenos Aires, Argentina.
Editorial Quadrata. 122 pp.
Aristóteles
(1969) La Política. Traducción de Patricio de Azcárate. Madrid, España.
260 pp.
Chávez
Calderón, Ezcudia Híjar (1994) Diccionario Filosófico. 1ª Ed. Editorial
Limusa, México D.F, 230 pp.
Chávez
Calderón, Pedro (1998) Historia de la doctrinas filosóficas. México D.F.
Editorial Addison Wesley Longman. 320 pp.
Kart
Spang. Mimesis, ficción y verosimilitud en la creación literaria. ENSAYO
Martínez
Sánchez Alfredo (2006) Invención y realidad. La noción de mimesis creadora
en Paúl Ricoeur. UNAM. Instituto de Investigaciones Filosóficas. ENSAYO
Martínez
Echeverri, Leonor y Martínez Echeverri, Hugo (1997) Diccionario de filosofía
ilustrado. 3ra ed. Editorial Panamericana, Santafé de Bogotá. 606 pp.
Platón
(2007) La República. Traducción de Sergio Albano. Buenos Aires,
Argentina. Editorial Gradifco. 478 pp.
Santillana.
(1995) Filosofía 10. Bogotá, Colombia. 1ª Ed. Editorial Santillana, 223
pp.
[2] Platón. (2007: Libro X) La República , 1ª ed.
Editorial Gradifco, Argentina. Traducido por Sergio Albano.
[6] (De ethos) Parte o
rama de la Filosofía
que trata de determinar el fin de la vida humana y los medios para alcanzar
este fin. (Diccionario Filosófico.
Ezcudia Híjar Chávez Calderón)
[8] Kathársis. En la antigua
estética griega, caracterizaba la acción estética del arte sobre el hombre. Con
respecto a la tragedia, Aristóteles asigna a la catarsis una finalidad estética
y moral que consiste en la purificación interior por el temor y la compasión. (Diccionario de Filosofía.
Martínez Echeverri, Leonor y Martínez Echeverri, Hugo)
[9] Del griego poíesis = producción, fabricación. Para Aristóteles la
poíesis se caracteriza por ser una actividad que tiene un fin distinto de ella
misma. Según él la vida contemplativa y teorética está regida por la poíesis.
[16] Filósofo francés (1913). Su pensamiento se sirve del método fenomenológico
para lograr la afirmación y la reconciliación del hombre entero con su mundo.
Siguiendo a Heidegger, y en especial a Gadamer, ha desarrollado en la segunda
fase de su pensamiento una fuerte tendencia hacia la hermenéutica, explorando
la condición ontológica de la comprensión. (Diccionario
de Filosofía. Martínez Echeverri, Leonor y Martínez Echeverri, Hugo)
[17] Alfredo Martínez Sánchez (2006) Invención y realidad. La noción de
mimesis como imitación creadora en Paúl Ricoeur. UNAM